Oh l'amour

Hola:

Pero... ¿qué carajo...? No mires, Úrsula, no mires. Hay ahí un pervertido observándonos desde un palmo de distancia. Y aún encima nos está apuntando directamente con un cacharro negro de kilo y medio... ¡Hay que ver que descaro!

Un saludo.

Wolfgang

Hola:

Aprovecho una pequeña escapada para colgar un par de fotos en este mes de julio loco. En esta ocasión se trata de Wolfgang, un cachorro de oso pardo de unos dos años que me encontré en el parque de Cabárceno en estado de pánico total.

En la foto anterior, Wolfgang estaba subido en un picacho de unos quince metros  de altura en estado catatónico debido al terror que sentía. De hecho, cada cinco o diez minutos intentaba descender a la inmensa pradera que rodeaba el picacho, tal como se aprecia en la siguiente imagen, pero inmediatamente reculaba y volvía a subir.

¿Y por qué Wofgang sentía tanto miedo a descender de su seguro refugio?, te preguntarás. Pues muy sencillo: porque la pradera estaba poblada por unas treinta o cuarenta "mulas pardas" inmensas y de carácter poco amigable. Para que te hagas una idea, aquí te dejo una foto de Ursus, el aparente macho alfa del redil, que se dedicaba a espantar a cuanto bicho se le aproximase a menos de vente metros.
 

En muy opinión, Wolfgang sabía muy bien lo que se hacía...

Un saludo.

Ulrike

Hola:

Hoy toca bicho. He aquí una fotografía de Ulrike, una hermosa mosca cernidora con la que me crucé allá por el 2011. ¿Ulrike? ¿Sigues por ahí? Contéstame, por favor.

Un saludo.