25/11/17

El chiringuito

Este chiringuito está, o al menos estaba en el año 2013, al lado del cabo de Trafalgar, en Cádiz, uno de mis sitios fetiche para darle al dedo.


Excepcionalmente, para lo que suele ser habitual en mí, la cámara estaba situado en un trípode de los de verdad. La foto tiene un tiempo de exposición de 30 segundos, a causa de un cálculo demasiado optimista por mi parte en la conocida regla de "los 500". De hecho a tamaño real se observa que las estrellas tienen una pequeña estela y no son totalmente puntuales.

Saludos.

Adios "La Web del Carcamal". Hola "CarCamAl Fotos"

Parece increíble, pero hoy hace once años y once meses que se inició el blog "La Web del Carcamal", ya que la primera entrada se publicó el 26 de diciembre de 2006. Ya ha llovido lo suyo. Esta era la pinta que tenía la página hasta el año 2011:

El ancho de la cabecera, y por lo tanto el de la zona útil del blog, era de... ¡700 píxeles!  . Sí, como lo oyes: 700 px. En aquella época las pantallas grandes andaban por los 1024 px de ancho, pero casi todo el mundo tenía todavía monitores de 800 px en su lado largo, y había que tenerlos en cuenta porque si el tamaño de la página era mayor que su resolución no la verían completa.

La primera actualización importante se hizo en el año 2011. El ancho útil pasó a ser de 980 px y se cambió la cabecera del blog:


Finalmente, en octubre de 2016 se cambió por completo el diseño del blog, se pasó a su ancho actual de 1.170 px, y se renovó nuevamente la cabecera:


Durante todo este tiempo, casi doce años, el nombre del blog se ha mantenido inalterado. En su momento el nombre tenía cierta coña, pero creo que a día de hoy se ha quedado desfasado y hasta suena un poco paleto. Así que renovarse o morir

No estoy dispuesto, ni de coña, a desprenderme de la palabra "carcamal" que, como supongo que todo el mundo sabe, procede de mi nombre real (Carlos Campos Álvarez). Así que, amigos, a partir de este momento, este blog pasa a llamarse "Carcamal Fotos". La cabecera, al menos de momento, pasa a ser ésta:


Hay también alguna modificación menor en el diseño (ha desaparecido la imagen de fondo) pero en general no va a haber grandes cambios. Cambiaré también la firma en las fotos por algo más actual y poco más. Espero, con vuestro permiso, seguir dando la lata durante bastante tiempo.

Saludos.





19/11/17

Capbreton (II)

Como ya comenté en su momento, esta serie de fotos se tomaron en una fabulosa tarde de tormenta en Capbreton (Francia) hace un par de años. De hecho hice unos centenares de metros a la carrera entre un bar cercano y esta pasarela llamada L'Estacade, según le diera por llover o parase brevemente. Creo que mereció la pena.

La foto está dedicada a Carmen y a Manuel Ángel, que hoy cumplen años.

Saludos.

17/11/17

Colegiata de Toro

¡Quién tuviera una varita mágica con la que poder hacer aparecer y desaparecer cosas!  O personas, pero ese es un tema más escabroso y en las días que corren no interesa meterse en cenagales.

De haberla tenido, hubiese hecho desaparecer a la furgoneta que aparece en la imagen y no me habría metido con el paseante, y la foto de la Colegiata de Toro (Zamora) quedaría más limpia, sin distracciones. Pero no tengo varita mágica. Qué le vamos a hacer.

También podría haberme hecho el profesional y esperar sabe dios cuánto tiempo a que el propietario del vehículo lo hubiese retirado pero, tras considerarlo serenamente, llegué a las siguientes conclusiones: a) yo no soy un profesional; b) hacía un frío de carallo; y c) las dos mujeres ateridas que me acompañaban podrían optar por golpear repetidamente mis gónadas. Completamente descartado.

¿Qué se puede hacer en Toro cuando cae la noche con una temperatura gélida y uno ha decidido no hacer más el gilipuertas? Pues irse a tomar unos magníficos vinos de la tierra. Unos vinos excelentes, por cierto, y con un repris que podría fácilmente hacer que Oriol Junqueras se pusiera a bailar el pasodoble Suspiros de España.

Saludos.


13/11/17

Carrera de peces

Vuelvo con otra panorámica de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, tomada al anochecer en lo que suele llamarse "la hora azul". El título de la entrada es una interpretación personal de la imagen.


 Saludos.

4/11/17

Yglesia de Santa María la Mayor (In memoriam)

Hoy hace un año que murió mi padre. Esta entrada quiere ser un pequeño homenaje a su memoria, con el trasfondo fotográfico que se le supone a esta página. He escogido esta imagen no por motivos religiosos (aunque mi padre lo era, y profundamente), sino porque creo que le gustaría.


En mi opinión, un buen maestro jamás enseña en blanco y negro: o sí o no, uno o cero, sin matices. Siempre bajo mi punto de vista, la ausencia de matices lleva a la estupidez y al fanatismo, como cualquiera puede comprobar hoy sin más que abrir un periódico.

A pesar de lo habitual del término, una fotografía "en blanco y negro" no es realmente lo que esperamos, como se puede ver en la primera miniatura de la imagen de la izquierda. Aunque en algunos casos pueda gustarnos el resultado, la información que puede transmitir es muy pobre: cada punto es blanco o es negro. No hay más alternativas.

Cuando se introducen los matices el cambio es radical. Ahora no hay dos opciones, sino 256, un número arbitrario pero suficiente para representar las imágenes con las que los grandes fotógrafos non han asombrado y conmovido desde el inicio de este arte con ese estilo que llamamos habitualmente "blanco y negro", pero que realmente es una "escala de grises". ¿Cómo te sientes más cómodo? ¿Escogiendo entre dos posibilidades o entre 256? La respuesta es obvia, pero muy a menudo se desprecian las 254 opciones centrales. Una pena.

¿Y qué ocurre si le damos un toque de color al asunto? Pues ahora tenemos 16.777.216 opciones para elegir. Parece difícil que si te ofreciesen ese número de opciones para posicionarte en cualquier aspecto de tu vida no encontrases acomodo en alguna de ellas. Aún así, parece que a mucha gente le molesta tal variedad y prefiere la opción del "blanco y negro" puro.


Acabo. Entre otras muchas cosas, algo que agradeceré a mi padre durante toda mi vida es que me haya enseñado a pensar "en escala de grises". Acertaré o me equivocaré, como todo el mundo, pero creo que, gracias a él, a veces incluso soy capaz de darle a mis opiniones un toque de color.

Un saludo.