Un paseo

Una imagen tomada al atardecer con la Sony A7 III a ISO 3200.

Saludos.

Oseira

Aprovechando que momentáneamente la coyuntura se presenta algo más favorable, el fin de semana pasado me fui a dar un voltio con unas amigas por algunos lugares próximos de la provincia. Arrancamos en el Monasterio de Oseira, con una visita guiada a las doce de una mañana fría y completamente soleada, lo que es garantía de una luz durísima que daba ganas de llorar de espanto. Incluso la luz que entraba por las ventanas provocaba en mí llantos desconsolados que procuré disimular maldiciendo en susurros para no molestar al resto de visitantes. Aún encima, como ya he comentado, todavía me siento un pato con mi nueva cámara, así que el desastre estaba asegurado, y eso fue más o menos lo que sucedió.

En los lugares donde había ventanas el contraste entre luces y sombras era tan pronunciado que lo mejor hubiera sido tirar de HDR para fusionar varias exposiciones, pero con mi actual torpeza si me pongo a configurar la cámara se me escapa la visita. En la escalera donde se tomó la foto que aparece más abajo me llamó mucho la atención la luz que proyectaba la ventana sobre la pared, así que apuré todo lo que pude la exposición y disparé con pocas esperanzas. Al ver la foto en el monitor de la cámara se confirmaron mis presagios con una imagen oscurísima y la ventana refulgiendo como un sol. Así que, tras mentar en varias ocasiones a la madre de San Benito, continué la visita dando la foto por perdida.

Pero amigos, esta cámara es la leche. Aún disparando en RAW comprimido (12 bits frente a los 14 del RAW sin comprimir) permite subir las sombras de una forma impresionante sin que aparezca una cantidad de ruido inasumible y manteniendo una definición más que suficiente. Aquí está la imagen final.

Probablemente esto no se entienda sin ver la imagen original, así que añado un "antes y después" (en la versión para teléfonos móviles de esta página, no funciona. Lo siento) :

Saludos.

Gaviota con nube

Me parece que me voy a enrollar algo, así que mejor pongo primero la foto y dejo el rollo para después, por si alguien no tiene nada mejor que hacer y quiere leerlo.

Saludos.

Voy cruzando el río

Parece que definitivamente voy abandonando la inactividad fotográfica y poniéndome en marcha. Lógicamente, me estoy poniendo al día con mi nueva cámara (la A7 III), con resultados muy prometedores. No es el caso de esta foto, que está tomada con la Olympus y el fabuloso 17 mm f/1.8. Cada vez que lo utilizo alucino con la nitidez que ofrece. panderetas.

En la imagen, el puente romano que cruza el río Miño en Ourense.La foto está tomada a pulso con una velocidad e 1/10 s gracias a la estabilización de la cámara, ya que mi pulso no es precisamente de ladrón de panderetas.

Saludos.

Interiores II

Otra imagen de la misma serie que la de dos entradas más abajo, en la clínica de mi sobrina Marta.

Saludos.

Arrancando

Antes o después tenía que pasar. Por fin parece que voy saliendo de la modorra fotográfica y que voy retomando la actividad. Menos mal.

El fin de semana pasado hice una escapada rápida a la costa con la intención de, además de sacar por primera vez de paseo mi nueva cámara Sony, estirar la vista tras estos meses de encierro y ver, por fin, el mar. Como había leído en la prensa que el fin de semana anterior el personal había abarrotado los lugares más habituales pensé en ir a algún sitio cercano pero teóricamente menos conocido y me dirigí a Donón, en la península del Morrazo.

Craso error. Además de una ligera bruma que hacía aún más difícil la mala la luz del mediodía, había un preocupante mogollón de gente, un fulano tocando la gaita, y solo se echaba de menos a unas pulpeiras y al arzobispo de Santiago. Total, que apenas hice quince o veinte fotos y me dediqué a ventilarme unos trozos de empanada y unas cervecitas que me acompañaban, y a echarme una magnífica siesta bajo la refrescante sombra de unos eucaliptos.

Desde el punto de vista fotográfico, poca cosa pude hacer. Dejo una muestra tomada, como no, corriendo, porque los dos tíos estos se me escapaban.

En el plano medio aparece el faro de Cabo Home, y al fondo las islas Cíes.

Saludos.

Interiores

De las poquísimas cosas que llevo hecho en los últimos tres meses, en otra de mis periódicas crisis fotográficas, están un par de encargos que me hizo mi más querida sobrina (solo tengo una). ;)

Ella es Marta García (aquí el enlace de su Instagram), psicóloga e historiadora, y abrió hace unos meses una clínica de psicología. Realmente llamarle clínica a su local es, desde el punto de vista estético, una tontería, ya que lo que en realidad parece es una auténtica exposición de buen gusto. Una delicia para los ojos que merece la pena visitar aunque solo sea por su belleza, llena de sorpresas en cada rincón. Y no es amor de tío, lo digo en serio.

El caso es que me pidió en un par de ocasiones que hiciese unas fotos allí, y eso de me dio ocasión de hacer fotografía de interiores, algo que no suelo hacer con frecuencia. Además, decidí que esta vez iba a hacer las fotos como la gente y no como hago habitualmente, en plan aquí te pillo aquí te mato. Así que allí me planté, con el trípode y cacharrada diversa y, siguiendo sus indicaciones, hicimos las fotos, algunas de la cuales está publicando en su Instagram. Con su permiso, iré subiendo alguna por aquí.

Y ya sabéis, si a alguno le da un jamacuco a destiempo, ella puede ser una buena opción de ayuda.

Saludos.

Pirulo

¡Quién tuviera un cohete para poderse escapar, aunque solo fuese un par de días, de esta puñetera situación! Yo no me iría muy lejos, quizás ni siquiera cambiaría de lugar. Me bastaría cambiar de realidad. Tres, dos, uno, despegamos...

Como no tengo un cohete, dejo un pirulo. Qué le vamos a hacer.

Saludos, y disculpas a los que visitan esta página de vez en cuando, pero cuando no hay, no hay. A ver si vamos arrancando...