Bolsón Cerrado

Resulta evidente que la foto que subo hoy no fue tomada en Hobbiton, y que si abriésemos la puerta no nos encontraríamos ni con Bilbo ni con Frodo Bolsón, pero por una vez, y sin que sirva de precedente, en el momento de disparar la cámara ya se me vino a la cabeza el título de la imagen.

Realmente, lo que vemos en la foto fue en su momento un polvorín subterráneo. Estamos en la fortaleza de Suomenlinna, construida sobre varias islas situadas a unos cuatro kilómetros de Helsinki. Empezó a construirse en 1748 cuando Finlandia formaba parte de Suecia para protegerse de un posible ataque ruso. Como es bien sabido los rusos son muy cabezotas, y acabaron haciéndose con la fortaleza y con el resto del país, hasta que este consiguió su independencia en 1918. En la Segunda Gerra mundial fue base de submarinos, y en la actualidad forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Saludos.

Helsinki (II)

Sigo con alguna de las fotos de mi última escapada, y vuelvo a Helsinki. La localización de la imagen es la misma que la de la anterior que subí con la catedral luterana de la ciudad: la Plaza del Senado, llamada así porque hasta principios del siglo XX allí estaba esa institución. En esta plaza se encuentran varios edificios de importancia, como el edificio central de la universidad, el Palacio del Gobierno, la Biblioteca Nacional, etc. En el medio, la estatua de Alejandro II de Rusia.

La foto es un panorámica de tres fotos tomadas como casi siempre a pulso. Hora: cinco menos veinte de la tarda. En fin.

Saludos.

Hace falta calor

Leía ayer en un artículo de La Voz de Galicia que por estos lares estamos a punto de batir un nuevo récord: el de días consecutivos en los que ha llovido en la comunidad. Vamos por 22 y, si se cumplen los pronósticos, acabaremos alrededor de los 29 o 30.

Cierto es que todavía me siento con fuerzas para resistir las tendencias suicidas que comienzan a asaltarme, pero he de confesar que empiezo a estar hasta las gónadas de esta situación. Yo no pido mucho, de verdad. Solo un par de días de asueto. Apenas unas horas para comprobar que el Sol, además de ejercer su fuerza gravitatoria sobre nosotros, puede seguir haciendo aquello que nos enseñaron en el colegio: dar luz y calor.

Después de pasar una semana con un frío tremendo en Finlandia y de que me nevara encima, vengo de vuelta y por las noches no puedo dejar de soñar con un traje de neopreno. ¡Misericordia!

Es por ello por lo que necesitaba trabajar sobre una imagen cálida y reconfortante, como la que pongo hoy, que me recuerde que es posible que haya una luz al final del túnel.

Glub, glug... Quiero decir... saludos.

Nota: esta foto va especialmente dedicada a mi estimada cuñada María José y a su puta, putísima lluvia.

Tampere (II)

Otra imagen más de Tampere (Finlandia). Aquí se aprecia mejor lo que ya comenté en su momento: como algunas de las antiguas fábricas de la ciudad se han transformado para otros usos. En este caso se trata de un centro comercial y de uno de los muchos teatros que hay en la ciudad, donde parece ser que existe una importante afición a esta actividad. Además, como ya he dicho, hace mucho frío.

Saludos.

Acqua bassa

Por no aburrir y cambiar de tema, y a cuenta de los problemas que esta semana ha habido en Venecia con las mareas, que allí llaman acqua alta, pongo la foto de hoy que fue tomada en la plaza de San Marcos en 2016.

En aquel momento no había ninguna inundación (de ahí el título de la entrada), pero para ser a principios de agosto la verdad es que el tiempo no parecía muy veraniego. El caso es que a las tres de la tarde descargó una tormenta bastante intensa, tal como se aprecia. Afortunadamente, tras este episodio, nos quedamos con una tarde maravillosa para darse un garbeo por esta increíble ciudad.

Saludos.

Turku

Finalizo hoy con el obligado repaso a las ciudades que he visitado en esta breve escapada a Finlandia y Estonia. Hoy le toca el turno a Turku.

Esta ciudad está situada en la costa suroeste de Finlandia, a un par de horas de tren de Tampere (mi base de operaciones). Es la ciudad más antigua del país y fue durante muchos siglos su capital. Por desgracia, un incendio la arrasó casi por completo a principios del siglo XIX, así que hoy es una ciudad moderna en la que no existe una zona histórica importante.

Sin duda, lo más atractivo de esta ciudad es el hecho de que esté atravesada por el río Aura, que desemboca aquí en el mar Báltico. El precioso paseo por las riveras entre la catedral y el castillo es el recorrido obligado si, como yo, solo se dispone de unas pocas horas para la visita. Creo que la imagen que sigue ya está localizada.

Saludos.

Tallin

No contento con dar con mi esqueleto en Finlandia (aún sigo pasmado) hice también una breve incursión en Estonia. La capital, Tallin, dista tan solo 80 km de Helsinki, y apenas son dos horas de ferry para cruzar de una a otra ciudad. ¡El mar Báltico! Yo, es que flipo. (Supongo que estará quedando suficientemente acreditada mi naturaleza paleta.)

En la imagen, el que sin duda es el edificio más bonito de todos los que he visto en esta escapada: la Catedral de Alejandro Nevski. Siempre me han parecido preciosas esas cúpulas acebolladas propias de los edificios rusos. Bien, esta catedral ortodoxa se construyó a finales del siglo XIX, cuando Estonia aún formaba parte del Imperio Ruso.

La imagen es una panorámica de tres tomas con el 17 mm. No es que el encuadre sea perfecto, pero la verdad es que no había demasiado sitio sin que se metieran más señales y coches por el medio.

Más abajo escribo una pequeña reflexión sobre el tipo de fotos que estoy poniendo de este viaje, por si alguien tiene ganas de perder el tiempo

Saludos ortodoxos.

Helsinki

Tiene bemoles que haya acabado dando con mis huesos en Helsinki. Como dije en la entrada anterior, hasta hace unos seis meses no había pasado por mi cabeza semejante posibilidad. En fin, el tiempo no dio para más y solo pasé unas cuantas horas en esta ciudad. El tiempo no estaba especialmente amigable, y de hecho nos nevó durante un rato.

En esta primera imagen, la Catedral Luterana (Helsingin tuomiokirkko en finés), uno de los símbolos de la ciudad. Situada en la preciosa Plaza del Senado, fue construida en el siglo XIX en honor al zar ruso Nicolás I, antes de que Finlandia alcanzase la independencia en 1917.

Saludos.

Tampere

Hace un par de entradas decía que llevaba un tiempo sin darle al dedo (con la cámara) y que esperaba que dicha situación cambiase en breve. Pues bien, ya ha cambiado.

Por cuestiones familiares, he tenido la ocasión de hacer un viaje en el que he estado en Finlandia y también, de paso, en Estonia. Sí, amigos, manda carallo. ¡Quién me iba a decir a mí hace un año que daría con mis huesos en semejantes latitudes! (61,51º norte.) Como es muy posible que no vuelva a caer por estos lugares, sobra decir que aproveché la ocasión para darle caña a mi cámara de viajes, la Olympus EM10, pequeña, ligera y extremadamente portable.

La primera imagen que pongo está tomada en la ciudad en la que más tiempo estuve: Tampere (léase como palabra esdrújula), una ciudad situada a unos 200 km al norte de Helsinki, y que es la tercera del país por número de habitantes. Es sabido que Finlandia se conoce como el país de los mil lagos. Pues bien, Tampere se encuentra entre dos de ellos: el inmenso lago Näsi (o Näsijärvi), con una extensión de 257 km², y el Pyhä (o Pyhäjärvi), con 121 km². Como referencia, te diré que la mayor de las rías gallegas, la de Arousa, tiene una extensión 230 km², así que no estamos hablando de dos lagunitas precisamente. La verdad es que son gigantescos.

Pues bien, resulta que ambos lagos no están al mismo nivel ya que el Näsi se encuentra 18 metros por encima del Pyhä, en el que desagua a través del río Tammerkoski, de unos 2 km y lleno de rápidos, alrededor del cual nació la ciudad para abastecerse de energía hidroeléctrica. En la foto, una de las presas que se construyeron a tal fin.

He escogido esta imagen como la primera en subir aquí porque creo que refleja la esencia de la ciudad, también llamada la Manchester finlandesa. Una ciudad de origen industrial en la que todavía existen multitud fábricas incrustadas en su centro, con grandes chimeneas, muchas de ellas reconvertidas en centros comerciales o culturales, todas ellas construidas en ladrillo visto y que presentan un gran contraste con la gélida luz propia de estas regiones a estas alturas del año.

Vendrán más. Saludos nórdicos.