12/10/12

Arousa

Hola:

Ni yo me lo puedo creer, pero este fin de semana me he dado un garbeo por la costa, lo que a estas alturas del año resulta francamente milagroso

La imagen que sigue está tomada en la Illa de Arousa, en el la ría del mismo nombre. Hace muchos años la única manera de acceder a la isla era en barco. Cuántas veces estuve allí, acampando en un pinar con mis amigos.

Los isleños eran gente peculiar, un tanto exótica.  Lo mismo podían agruparse en una amable horda para guiarte a un horno a encargar una empanada de mejillones y berberechos (aún la paladeo) como preguntarte a la noche, completamente beodos en la discoteca, si pretendías mariscar ilegalmente al día siguiente y sugerir que en ese caso podrían sacarte sin mayor problema  los hígados, pasarlos por la parrilla y metértelos en  la boca antes de arrojarte al mar. Un mundo diferente, con preciosos rincones. Algunos se conservan.




En la actualidad existe un puente que une la isla con el continente y muchas cosas han cambiado. El pinar de mis acampadas está rodeado de horripilantes edificios de cristal y todo está lleno de chalets y de coches. Supongo que los isleños estarán felices. Yo sólo siento allí melancolía.


Saludos.

1 comentario:

Víctor González dijo...

No sé si los isleños son más felices, pero la isla parece bastante más infeliz.
Un abrazo,