Subo hoy una segunda imagen de mi experiencia "polar" bajo el cielo impoluto de Castro Dozón. La técnica es similar a la explicada en la primera entrada, aunque en esta ocasión se escogió un balance de blancos ligeramente cálido, que es el que resalta el tono anaranjado de las últimas luces tras el horizonte (que yo apenas veía), y se iluminó la escena con flash desde la izquierda de la imagen.
Imágenes como las de las últimas entradas, con tiempos de exposición relativamente largos, han hecho que, después de darle vueltas durante más de un año, por fin me haya decidido a comprarme un trípode y una rótula como los que usan las personas
. Así que mi viejo trípode de juguete Velbon, hecho de un plástico infame, y que cuando se entera de que va a penetrar un frente por el noroeste ya se pone a temblar, va a pasar a engrosar las clases pasivas, para horror de don Mariano. 
Pronto más noticias.
Saludos.
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