Ya he comentado que hace poco estuve en el zoo de Madrid y, la verdad, tenía ganas de volver allí después de muchos años desde mi última visita. En aquellos tiempos mi equipo fotográfico era mucho más limitado que el que tengo en la actualidad, y quería probar las posibilidades que me brindan los cacharros de los que dispongo.
¿Hay alguien al que un zoo no le cree un dilema? Por un lado la ocasión de ver en directo los animales que, al menos algunos, sólo vemos en los documentales (yo veo muchos, y no me aburren jamás). Por otro lado, los animales están cautivos, encerrados, aunque aquí parecen bien cuidados. Y eso lo cambia todo.
Hay miradas que dan mucho que penar.
Desgraciadamente, tengo la impresión de que difícilmente tendré la oportunidad (
He de decir que, fotográficamente, la visita me resultó muy satisfactoria. Las dos fotos que aquí aparecen están tomadas a través de los cristales de contención que separan a estos gorilas (un macho el de arriba y una hembra la de abajo) de los visitantes, y que aún encima estaban bastante sucios. Las hice con el pepino (un Canon 70-300) y el resultado me parece bastante digno.
Como dificultad añadida, diré que esta segunda foto la hice metido entre una horda de unos 8.000 niños de un colegio que aparecieron súbitamente de la nada y que, en conjunto, parecían bastante más peligrosos que los gorilas.
Saludos.
P.D.: Desde la anterior entrada, estoy subiendo las fotos con el perfil AdobeRGB incrustado. Si alguien ve raros los colores de las fotos, le agradecería que me lo comentase. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario