Aquí sigo, jugueteando con algunas fotos de mi última escapada a Barcelona.
Qué bonita ciudad para callejear unos días. Realmente fantástica. Otra cosa sería vivir allí. Yo, que soy paleto recalcitrante, me veo desbordado en estas ciudades gigantescas. Sólo viviría en un sitio así por necesidad. Sé lo que me pierdo, pero también sé lo que gano. La conclusión es clara: ¡ni de coña!
Imagínate: puente de la Constitución, inicio de la campaña de Navidad, sábado a la tarde, alrededores de la Plaza de Cataluña... Sólo diré que estuve en una calle en la que, a ojo, había más personas que en cualquier población de mi provincia si exceptuamos la capital. Trágame tierra...
Aún así, volvería mañana mismo a darme otra vuelta, porque, insisto en esto, Barcelona tiene poder...
Saludos.
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