Como ayer subí las fotos de Gudmund, no contaba con subir más imágenes hoy. Pero mis planes cambiaron esta mañana, porque al fin se resolvió un misterio que llevaba un par de días mosqueándome.
Resulta que en una pequeña galería que hay en mi casa en la que hay unas cuantas plantas, últimamente aparecían todas las mañanas unas pequeñas bolitas negras en el suelo de procedencia desconocida. Hoy, la Carcamala procedió a un análisis exhaustivo de la situación y, de repente, aparecieron un par de intrusos en una de las plantas. Se trataba de Abdón y Senén, un par de orugas de vete tú a saber qué especie, zámpandose una fabulosa ensalada a nuestra cuenta y depositando sus heces en el suelo. Como no podía ser de otra manera, les cobré el papeo haciendo que posaran para mí.
Éste es Abdón, una pequeña fierecilla:
Y éste otro, Senén. Por lo que parece, tras ponerse ciego de verdura, había decidido disfrutar de una plácida y tranquila metamorfosis, si es que tal cosa existe. ¡Vaya morro!
Saludos.
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