27/10/18

Juegos de guerra

Cuando era un chaval una de mis series favoritas era Viaje al fondo del mar, protagonizada por los tripulantes del submarino Seaview. Allí estaban el almirante Nelson, el capitán Lee y el resto de la tripulación, aunque el favorito de muchos de los chavales que la veíamos era un marinero llamado Kowalsky, al que solían atacar los diversos monstruos que pululaban por la serie.

Puede que ahí comenzase mi interés por los submarinos, que después se fue incrementado a medida que veía más películas sobre el tema, entre ellas una que me gustó y me sigue gustando especialmente: La caza del Octubre Rojo. Entre estas experiencias y mi carácter decididamente friki para algunos cuestiones, el resultado es que este es un tema que me fascina.

Pues bien, hace un par de semanas tuve la ocasión de ver por vez primera y en directo un submarino, el que se ve en la imagen. Y dónde, te preguntarás. ¿En una base naval, quizás? Pues no. En el medio de la ría de Betanzos.


Las dos naves que se ven en la foto son argelinas, y solicitaron abrigarse en la ría ante la inminente llegada del huracán Leslie. El submarino parece de juguete, ¿verdad?. Las apariencias engañan, y mucho. Si te interesa saber más sobre el asunto, y para dar rienda suelta a mi ya mencionado espíritu friki, te invito a leer algo más sobre el asunto a continuación.

Al resto, saludos.
Antes de nada me gustaría decir que no tengo un interés especial por las armas ni temas similares, entre otras cosas por que soy de los que tuvieron la desgracia de tener que hacer la mili en su momento, y con eso ya tuve suficiente. Lo de los submarinos es otro asunto.


El barco que se ve a la derecha es el remolcador de altura El-Mousif  702, un bicho de 3.400 toneladas y 88 m de largo, en el papel de nodriza. El otro es un submarino de ataque de fabricación rusa, clase Varshavyanka 636.1 (clase Kilo Mejorado en denominación OTAN), con una eslora de 73,8 m, una anchura de 9,9 m, un desplazamiento de 3.120 toneladas cuando está sumergido a unos 240 m, y una tripulación de 52 personas.

Se trata del submarino de propulsión diesel-eléctrica más silencioso de los existentes, de forma que los estadounidenses los denominan como clase Agujero Negro, por su sorprendente facilidad para desaparecer de los sistemas de detección en cuanto se sumerge. Va armado hasta los dientes con unos cuantos tubos lanzatorpedos y puede lanzar misiles de crucero. Por lo que parece fueron utilizados en 2015 en Siria para atacar objetivos del Estado Islámico.

Así que de juguete, nada. Más bien una máquina de hacer pupa. ¡Y mucha! Y yo papando tortilla en Betanzos...

Saludos.

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