Como ya dije en la entrada anterior acabo de llegar de vacaciones, así que es de suponer que durante una temporada las fotos que ponga aquí serán de alguno de los lugares que he visitado.
La de hoy está hecha en Setenil de las Bodegas, un de los pueblos blancos de Cádiz con un nombre bien curioso. En primer lugar, Setenil procede del latín septem nihil, ya que fueron necesarios siete sitios a la ciudad para que finalmente los Reyes Católicos pudieran reconquistarla en su camino hacia Granada. Es segundo lugar, que yo sepa no hay ni vino ni bodegas.
Por lo que destaca el pueblo, como espero que se aprecie, es por sus casas incrustadas bajo las rocas que forman el tajo del río Trejo, que en ocasiones cubren completamente algunas de sus calles. Espectacular el trazado urbano.
Saludos encajonados.
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