Hace unos dos meses que prácticamente no toco una cámara ni edito fotos por razones personales, pero sigo dando prueba de vida de vez en cuando.
Vejer de la Frontera. Ya no recuerdo cuántas veces he estado allí pasando unos días. Un lugar que me enamoró a primera vista, aunque ahora la masificación turística hace algo de mella en su encanto.
En la imagen, uno de sus numerosos hermosos patios. En la puerta de la izquierda es donde estábamos alojados. En fin, lo dicho, un encanto.
Saludos enamoradizos.
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