Hace unos días tuve la suerte de compartir una tarde con mi sobrino Michi, armados ambos con nuestras cámaras. Un placer. No es que yo hiciera muchas fotos, pero nos echamos unas risas y él estuvo probando alguna técnica nueva. Acabamos congelados, pero creo que nos lo pasamos bien.
Como él llevaba un trípode, bastante rudimentario por cierto, eso me permitió hacer un par de fotos con mi cámara encima. Una es ésta que subo hoy (la primera de este año), tomada en la iglesia de la Santísima Trinidad, sin ni siquiera estirar el citado artilugio de tres patas.
La iglesia data del siglo XII y, aunque fue modificada, es una de las de origen más antiguo de Ourense, estando ligada originalmente a un hospital de peregrinos.
Saludos.
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