Desde el final del verano atravieso una nueva época de parón fotográfico sin mayor importancia (me ocurre cíclicamente) de la que espero salir en unos días. Mientras tanto me dedico a revolver en mi catálogo para retomar imágenes que quedaron pendientes de revisión. Si la de la entrada anterior era de 2017, esta es de 2018: un paseo nocturno por la playa de San Lorenzo, en Gijón, con la iglesia de San Pedro de protagonista.
A pesar del parón, esta semana ha sido relevante para mí en el aspecto fotográfico. Hace un par de días se presentó la cámara que vendrá a sustituir dentro de unos meses a mi querida Olympus OM-D E-M10 (¡Mark I!) con cinco de antigüedad: la E-M5 Mark III. Digo yo que a estas alturas ya podré subir un escalón (o dos) y dejar atrás la cámara más modesta de su segmento, ¿no?.
Saludos.
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