23/12/20

¡Aquí está!

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En la década de los noventa del siglo pasado, hurgando el la librería de El Corte Inglés de Vigo, estuve hojeando un libro que se titulaba "30 técnicas de fotografía artística" o algo así. Allí descubrí por fin porqué los resultados que obtenía con mi primera cámara réflex, una Nikon F70, no se parecían en nada a las fotos que veía en libros y revistas: resulta que la toma de la fotografía era solo el primer paso. Después, en el laboratorio, los fotógrafos manipulaban la imagen en el revelado para crear la fotografía que ellos querían obtener. Graduaban la exposición, hacían reservas y quemados, enfocaban.... Uf... malas noticias.

A principios de los dos mil, empecé a leer que con la "nueva" fotografía digital era posible realizar en un ordenador una edición de las imágenes similar a la de la fotografía química. En 2003 compré mi primera cámara digital, una compacta Pentax Optio 550, con un sensor de poco más de media pulgada (7,18 x 5,32 mm) y que además de en JPG disparaba... ¡en TIF! Una pasada. Después de varios años llegó mi primera cámara con sensor de tamaño APS-C mucho más grande (22,3  x 14,9 mm) , una Canon 350D que ya disparaba en RAW y que más tarde sustituí por una Canon 7D con el mismo tamaño de sensor. 

En el medio descubrí el formato micro cuatro tercios, unas cámaras mucho más pequeñas, ligeras y transportables, pero con el sensor más pequeño (17,3 x 13 mm). Y así cayeron la Olympus OM-D E-M10 y recientemente la E-M5 Mark III. Unas cámaras de las que estoy enamorado. En la figura de la derecha se puede ver una comparación entre los distintos tamaños de sensor.

Bien, yo ya no soy un crío, y aprovechando mi último cambio de situación laboral he decidido hacerme un auto-regalo y  subir el último escalón que voy a subir en mi vida. Desde hace unos días tengo en mis manos una cámara de formato completo (full frame) con un sensor de 35.8 x 23.8 mm, la Sony A7 III:

Se trata de una cámara sin espejo que salió hace un par de años y que, en su momento, puso el mercado patas arriba. La he conseguido a un precio muy bueno junto con el objetivo Sony 24-105 F/4 G,  y ahora toca hacerse con ella. Como en estas cosas soy un poco friki, voy por la página 80 de un manual de más de 600, y habrá que ir aprendiendo poco a poco.

De momento voy haciendo algunas pruebas, y dejaré alguna muestra estos días. Solo comentaré que el día en que me llegó hice unas fotos desde mi ventana y, al revisar una de ellas que supuestamente había disparado a 3.200 ISO, me llevé un susto de muerte porque me pareció que la imagen tenía demasiado ruido, cuando la cámara tiene fama de controlarlo muy bien. El incidente se resolvió cuando comprobé que realmente había disparado la foto... ¡a 32.000 ISO!

Bueno, a poner alguna imagen y a disfrutar de la cámara.

Saludos.

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