2/12/21

Saruman

Bueno. Se acabó el curso de fotografía nocturna que estaba haciendo las últimas semanas en la UPO. Las últimas sesiones dedicadas al light painting me han dejado buen sabor de boca. No es una modalidad a la que dedicaría demasiado tiempo, pero hay que reconocer que los resultados, incluso los de un novato como yo, son muy aparentes.

Dejo hoy una foto de este ancianito que me encontré paseando por la noche en el bosque que rodea el embalse de Cachamuiña ;-D. Estuve a punto de gritarle aquello de "¡Saruman! ¡Tu vara está rota!", pero al final me acojoné.

Saludos mágicos.

Edito la entrada, para explicar como se hizo la foto:

Antes de nada, debería decir que en este tipo de fotografía casi todo el mérito está en quien maneja las luces que, en este caso, no coincide con quien la dispara. Por supuesto que el fotógrafo encuadra, enfoca, escoge los parámetros de la toma y pulsa el disparador, pero... es que no hay escena. No hay nada que fotografiar hasta que se encienden las luces, ya que estás fotos se hacen en total oscuridad.

El modelo es un compañero del curso envuelto en un disfraz blanco, como de fantasma. Otro compañero lo ilumina por los dos lados, consecutivamente, con un foco rectangular a poca distancia de la tela, recorriéndolo de abajo arriba. Al mismo tiempo, el modelo desplaza el disfraz en el mismo sentido del movimiento de la luz, lo que deja ese aspecto vaporoso a la ropa. Otro barrido con la luz cerca de la capucha del disfraz y... ¡Voilà! Ya tenemos esa especie de casco en la cabeza.

Ahora es el momento de crear esa especie de fuego fatuo que rodea el protagonista. Entra en escena otro compañero (en este caso el profesor, Víctor Barro) que lleva entre sus manos un artilugio que consiste en una espiral de unos 10 cm de radio y un metro de longitud que va iluminada por un foco que tiene en uno de sus extremos. Con ella recorre todo el encuadre, agitándola, como si se tratase de una serpiente que le estuviese mordiendo en el escroto, y rodea al sujeto. Eso crea los rastros luminosos que asemejan llamas.

Añado dos el detalles. El primero es que, durante todo el tiempo que dura la jarana que acabo de relatar, el obturador de la cámara está abierto. La foto de arriba tiene un tiempo de exposición de 42 segundos. Por eso la oscuridad tiene que ser total. El segundo es que los dos compañeros que manejaron las luces no aparecen en la imagen final, y eso es porque, por un lado, no estaban iluminados e iban vestidos de negro y, por otro, porque no permanecen en el mismo lugar el tiempo suficiente como para quedar registrados en la foto con la luz existente.

Espero haberme explicado. Saludos.

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