23/6/22

Cactus

Los cactus resultan a veces unos seres sorprendentes. Con esa pinta de mírame pero no me toques, de repente te regalan unas florecillas que son todo delicadeza y atractivo. Bueno, quizás no sea tan sorprendente porque al fin y al cabo necesitan reproducirse como todo santo quisque, y todo quisque cuando intenta reproducirse —o al menos hacer el amago— intenta mostrarse de lo más delicado y atractivo.  ;-D

La foto está hecha con la Sony A7, un adaptador y el Sigma 105 Macro, a pulso y con enfoque manual (el automático no va ni de coña a estas distancias). Supercomplicado clavar el foco. A la que te mueves un milímetro para delante o para atrás, la cagaste.

Saludos milimétricos.

No hay comentarios: