1/12/10

Sin estridencias

Amigos, aquí estoy otra vez.

Hacía ya un tiempo que no ponía nada, pero es que he estado atareado. Así que... un placer volver.

En las últimas semanas he empezado a limpiar la mucha basura que tenía en mi archivo fotográfico y a catalogar un poco a las supervivientes. Voy por las de 2007 y ya he conseguido eliminar unas 3.000 fotografías. confundido

El último fin de Semana he estado en Santiago haciendo... el primer curso relacionado con la fotografía que he hecho en mi vida guauu. Fue un taller llamado "HDR sin estridencias" impartido por Guillermo Luijk, el monstruo de los RAW. Hace mucho tiempo que en la barra lateral hay un enlace a su página, y es probablemente la persona de la que más he aprendido de los aspectos puramente técnicos de la fotografía. Aspectos más profundamente técnicos de lo muchos pueden imaginar. Pura matemática. Y física, claro. Es lo que está detrás de cualquier dispositivo digital, ya sea una cámara de fotos o tu teléfono. si

(Como hoy tengo ganas de escribir, si a alguien le interesa qué es de verdad un HDR, o los aspectos técnicos de la foto de ahí abajo, que pulse en el enlace "Leer Más »" que hay al final.)

La imagen que dejo hoy tiene un discutible mérito artístico y bastantes defectos que explico más abajo. No es más que un primer ejercicio acabado que dejo aquí por sus características técnicas, y que está bastante limitado por el objetivo angular del que dispongo. Sin embargo, es la imagen fotográfica más robusta y más limpia que he conseguido en toda mi vida, aspectos que lógicamente se aprecian mucho mejor observando el original.

Un saludo para todos.


El HDR es una técnica fotográfica que pretende conseguir una imagen que pueda representar fielmente una escena cuando en ésta hay zonas en las que la luminosidad es muy diferente.

Todos hemos tenido en nuestras manos fotos en las que las zonas más claras (cielos, ventanas, zonas iluminadas por la noche...) están completamente blancas. O esas otras en las que las sombras están tan oscuras que no se ve ni torta, y que si quiero aclararlas en el ordenador surge en ellas un montón de puntitos blancos y de colores. Esto último es consecuencia del ruido electrónico que todos los sensores de las cámaras generan en mayor o menor medida. Es muy probable que si usas una cámara en modo completamente automático hallas observado eso bastantes veces.

Pues bien, el HDR pretende reproducir ambos tipos de zonas, sombras y altas luces, de forma correcta, evitando que aparezca ruido en las primeras y que se quemen las segundas. Y en escenas de "alto rango dinámico" (High Dynamic Range), aquellas en las que la diferencia de luz entre las luces y las sombras es muy acusada, es necesario utilizar está técnica porque, a pesar de lo que te hallan dicho en la escuela, el sensor de una cámara de fotos reacciona a la luz de una forma completamente distinta a como lo hace tu ojo.

Para lograrlo se deben realizar varias tomas de la misma escena con distintas exposiciones, con todos los ajustes en manual y, por supuesto, con todas las precauciones para que la cámara no se mueva entre tomas (colocada en un trípode y a ser posible disparada a distancia, para no que no trepide).

Una vez obtenidas, las imágenes, se deben fundir en una sola que contenga la mejor información de cada una de ellas. Pero no existe hoy en día ningún monitor (y mucho menos un papel fotográfico) que pueda representar todavía esa imagen, porque las diferencias de luminosidad en ella son demasiado grandes. Así que hay que dar todavía un segundo paso, el mapeo de tonos, en el que hay de "comprimir" esas diferencias para que se puedan mostrar de algún modo y, deseablemente, de forma realista.

Existen programas, como Photomatix, que hacen estos dos pasos de forma semiautomática. Bastantes de sus usuarios consiguen, llevando a cabo sobreprocesados, unas imágenes que inicialmente son sorprendentes y en algunos casos espectaculares, pero que vistas cuatro, resultan bastante horteras y muy poco realistas.

El planteamiento de Guillermo Luijk con su programa Zero Noise es muy diferente. Consiste en utilizar esta técnica para conseguir imágenes que representen una escena tal como la veríamos si estuviésemos allí, es decir, de forma realista, que no cante a HDR. Sin estridencias. guinio

Esta técnica es de aplicación en aquellas modalidades de fotografía en las que se den grandes diferencias de luminosidad o que exigen una limpieza especial en la imagen : fotografía de arquitectura, interiorismo, nocturna, etc...

La foto de ahí arriba es el resultado de combinar cinco tomas. La diferencia de exposición entre la mas oscura y la más clara fue de 10 pasos. Es decir, en la más clara la cantidad de luz que llegó al sensor fue 1.024 veces mayor que en la más oscura.

Y para muestra un botón. La imagen de la izquierda es un recorte de la foto de arriba a tamaño original en la que puedes ver una comparación entre el resultado de aplicar esta técnica y lo que habríamos obtenido si sólo utilizáramos la única foto en la que las altas luces no estaban quemadas y hubiésemos aclarado las sombras hasta que tuviesen el mismo nivel de iluminación que en la otra. Sin comentarios confundido_2. (Pincha en la imagen para verla a tamaño completo)

Lamento mucho no haber corregido la inclinación de la foto y las fugas en la perspectiva, pero si lo hago tengo que recortar la foto que ya está muy ajustada, y con mi objetivo Sigma 17-50 no pude hacer una toma más abierta porque tenía el culo pegado a la pared y no había ni más sitio ni menos focal. En todo caso, no pretendo que la imagen sea un fotón, sino sólo mostrar el tipo de imágenes que se pueden lograr con esta técnica.

Si has leído hasta aquí, recuérdame que te debo una cerveza. risa_burla

Saludos.

2 comentarios:

Víctor González dijo...

Sí, me lo he leído todo. Y también he visto al tal Luijk. O sea que me debes 2 -dos- cervezas. Lo pongo con cifras y letras como los talones de los bancos, por si acaso. ¡Chapeau a la foto!
Un abrazo,

Carcamal dijo...

Está visto que no aprendo: siempre hay algún "pervertido" que me acaba dando la sorpresa (como leer el ladrillo de entrada que escribí) y tomandome la palabra.

Está bien Víctor. Te debo 2 -dos- cervecitas. Realmente te lo mereces.