Hace quince días que no subo nada. En parte por razones técnicas, ya que el fin de semana anterior estuve en sesión de chapa y pintura con mi ordenador, que buena falta le hacia al pobre. Tres años son muchos para un cacharro en manos de alguien como yo, y más si hay algún cambio de "hardware" importante por el medio. Así que borrón y cuenta nueva. Ahora va como un tiro, el jodío.
En cuanto a darle al dedo, sequía total. No tengo tiempo para nada, y en el poco que tengo estoy derrengado. Ya vendrán tiempos mejores. Así que tiro de archivo y subo hoy esta foto del mes de marzo: es el castillo de Zamora al anochecer.
El título de la entrada de hoy no hace referencia a los posibles pobladores del edificio, sino a algunos frikis como yo que seguimos llevando en nuestro bolsillo un buen pañuelo de tela, para horror de niños y niñas. Pañuelo que, como ya comenté al final de esta otra entrada, puede servir para asentar una cámara pequeña sobre algún pedrusco y, utilizarlo con el disparo retardado como trípode, haciendo posible una exposición de varios segundos, en este caso 3,2.
Esta es la razón por la que dedico esta entrada a mi sobrino Michi que, con magnifico criterio y mucha tralla por delante, también porta el mismo "gadget" en su bolsillo, factor que, junto con su gran afición y ganas de aprender, influirá positivamente en que acabe convirtiéndose en un magnifico fotógrafo. Y en un caballero.
Saludos.
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