30/12/19

Trece años después

Como sugiere el título de la entrada, esta página acaba de cumplir su decimotercero aniversario. Por ese motivo, esta va a ser una entrada "histórica" y voy a soltar un rollo de aquí te espero en plan nostágico, así que lo mejor será poner antes de nada la fotografía que voy a subir hoy para celebrar dicho evento y dejar el relato para después. Ahí va la imagen.


La foto está tomada con la Olympus E-M5 Mark III el día de su estreno en mis manos. Aún nos estamos conociendo. Y ahora, el rollo...


Cómo corre el tiempo, amigos. El día de Navidad del año 2006 publiqué la entrada inaugural de este blog (esta), en la que aparecía la primera foto que aquí se publicó. Era esta:


Supongo que se nota que se trata de la misma localización en ambas fotos, aunque estas fueron tomadas con distinto ángulo. Es la plaza de Pena Vixía, en Ourense. Esa es la razón de por qué hoy subo esta foto y no otra. Parafraseando a Andrés Calamaro, y haciendo trampas, dejadme decir: Trece años después, mejor reír que llorar...

Saludos, y sí quieres suicidart... leer unas cuantas chocherías sin interés alguno, excepto para mí, pulsa en el enlace de aquí abajo.


Hay que ver como pasa el tiempo, repito. En diciembre de 2006 hacía ocho meses que había comprado mi primera réflex digital, una Canon 350D que aún conservo, aunque hace ya varios años que me cargué su sensor al intentar limpiarlo. Era la réflex más básica y barata de la marca (esto me suena de algo), una cámara de iniciación, con un sensor de 8 megapíxeles y un objetivo zoom 18-55 que todo el mundo conocía como el pisapapeles por su baja calidad. Aún así, cuánto disfruté con ella.

También acababa de descubrir el libro Fotografía digital de alta calidad de J. María Mellado, un superventas publicado ese mismo año y que supuso una pequeña revolución en el mundillo fotográfico. El método Mellado explicaba básicamente cómo se debía exponer una fotografía con una cámara digital (el famoso derecheo), y como se podía trabajar una foto por zonas de una forma relativamente sencilla. Yo empecé a utilizarlo con unos resultados que me parecían fascinantes y que llevaba años persiguiendo. No estoy diciendo que las fotos fueran buenas, que no lo eran, sino que aquello fue un importante paso adelante en mi aprendizaje.

Y así estába procesada (sobreprocesada, diría hoy) la foto de 2006 de ahí arriba, la primera de este blog. Con un montón de trabajo de edición, con su doble marco en blanco y negro, y con su firmita y todo.

Como ya he dicho, la foto nueva que subo hoy está hecha con mi nueva cámara recién estrenada, la Olympus E-M5 Mark III, cámara que ha llegado a mis manos después de una Canon 7D (que sustiuyó en su momento a la 350D) y de su hermana pequeña, una E-M10. El proceso de revelado se ha hecho con herramientas y técnicas nuevas, y el resultado buscado, no sé si mejor o peor que el antiguo, es completamente diferente. Trece años dan para mucho, en técnica y en gustos.

¿Han merecido la pena estos trece años? Como cualquier aficionado, uno piensa cuando empieza que va a ser el no va más del asunto y que va a arrasar con la pana. Después, el tiempo y nuestro despertar a la realidad nos ponen en nuestro lugar a todos. Objetivamente, el blog es un auténtico desastre en cuanto a número de visitas (no te creas nada de lo que pone el contador de la página principal, un 90 % es spam) y la mayor parte de las fotos y los textos que pongo aquí solo los veo yo o como mucho un par de colegas a los que le interesa la fotografía. A los demás les doy la lata mándandoles una foto a la semana por el wasap, y ni siquiera sé si a alguno le molesta y no me lo dice por educación.

Probablemente la culpa sea mía. Nadie lee blogs hoy en día, qué carajo, y yo no estoy metido en tinglados como Instagram y demás redes sociales que es lo que mola ahora. Pero al final, creo que lo que realmente espero de esta página es que me entretenga a mí, y en eso cumple de sobra. Cuando cuelgo una foto o escribo un texto soy plenamente consciente de que solo lo voy a ver yo, y aún así me lo paso de miedo. Disfruto con mis fotos y con esta página, así que permitidme que para acabar diga con todo el autobombo del mundo: ¡larga vida al CarCamAl!

Trece años después, mejor reír que llorar... Seguimos en la carretera.

Saludos.

No hay comentarios: