10/10/15

Cinco minutos y un trípode

Hola:

Nooo... Esta foto no está hecha con el nuevo objetivo 10-18 de la entrada anterior. Aún no he tenido tiempo de darle caña. Qúe va, la foto fue tomada hace seis años con mi primera réflex digital, una modesta Canon 350D. Dios la tenga en su gloria por lo que me hizo disfrutar.

Se trata de una imagen HDR (alto rango dinámico), una composición de tres fotos tomadas con diferentes exposiciones. Resumiendo un poco, esta técnica se usa cuando, en el encuadre, el rango dinámico (la diferencia de luminosidad entre las zonas más claras y más oscuras) es demasiado grande para que el sensor de la cámara pueda registrarlo con detalle tanto en las luces como en las sombras.


La foto está tomada en la Catedral de Ourense, y te aseguro que la luz disponible era bastante más escasa de lo que parece en la imagen (de hecho, en la esquina superior izquierda se ve claramente una luz azulada procedente de una ventana al exterior). La 350D, además de ser una cámara de iniciación y de las más económicas del mercado en aquel entonces, no tenía un gran rango dinámico. Así que, al ataque: HDR que te crió.

Si te interesa saber el por qué del título, o si eres un friki, tendrás que leer un poco más. Si no es el caso, un saludo.



Para utilizar la técnica HDR con garantías es aconsejable, aunque no imprescindible, montar la cámara en un trípode para que el encuadre no se desplace en las tres tomas. Además, y esto sí es imprescindible, conviene disponer de algo de tiempo para configurar la cámara en unas condiciones mínimas.

Se usa el modo de horquillado (o bracketing, que permite escoger la exposición central y la diferencia de exposición con las otras dos tomas), y se intenta evitar cualquier vibración de la cámara entre las tomas. Para ello se usa el levantamiento previo del espejo para evitar que su movimiento introduzca vibraciones y, en mi caso, también uso el disparo en ráfaga para evitar que el espejo se cierre y se abra entre tomas. Además, se suele utilizar un disparador externo para no tocar la cámara. Finalmente hay que encuadrar y enfocar la toma, para pasar después la cámara a enfoque manual para mantenerlo constante. Supongo que me estoy olvidando de algo, pero esto es lo esencial.

En definitiva, con un trípode y cinco minutos para pensar y configurar la cámara suele ser suficiente. ¡Y eso es precisamente de lo que yo no suelo disponer en el 90 % de las ocasiones en las que utilizo esta técnica!

Una desgracia.

Saludos.

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